miércoles, 8 de abril de 2009

Clorofila

No recordaba cuando empezó a criar raíces, ni cuando broto su primera hoja, pero ahí estaba convertido en árbol casi por completo. Sus sentidos ya no estaban despiertos, cosas como el tacto y el sabor ya no le interesaban, sus únicos sabores eran el de la tierra seca, o el de la tierra mojada, las sensaciones de su antigua piel, se habían convertido en cosquilleos sobre su acartonada corteza. De su olfato y oido no quedaba nada, al igual que su visión, a diferencia de que esta la hechaba verdaderamente de menos, su vida se había convertido en una estúpida persecución del sol, al que ya, no era capaz de ver.
Se preguntaba a todas horas porque empezó la metamorfosis, porque no movió uno de sus añorados dedos por evitarla, porque se acomodo de tal manera.
Mientras se torturaba dándole vueltas a una respuesta que ya sabia, se dedicaba a pasar el tiempo haciendo la fotosíntesis.

2 comentarios:

adramelek dijo...

Que chungo, sin sentido nervioso pero conservando el pensamiento.

que historia... dijo...

como casi toda la poblacion adulta XD